martes, 5 de febrero de 2013

"Våren flyktar hastigt" ("La primavera huye rápida") opus 13 nº4 (1891)


Como todos los años, hoy 5 de febrero hemos celebrado en el blog el Día Runeberg. Y lo hacemos una vez más dando cuenta de una de las numerosas y magníficas canciones en las que nuestro compositor contó con los bellos poemas del poeta finlandés de lengua sueca.

En esta ocasiones recurrimos a uno de los más tempranos ejemplos,""Våren flyktar hastigt" opus 13 nº4, partitura escrita durante su viaje de estudios en Viena, que se ha convertido en una de las más célebres del autor en su sencillez e inmediatez (poco más de minuto y medio).

La partitura se sitúa en la primavera de 1891, cuando Sibelius finalizaba su época de estudios y realizaba sus primeras y atrevidas composiciones públicas. Justamente en las semanas en que comenzaba lo que sería su debut profesional con la ambiciosa sinfonía "Kullervo" opus 7. Lo cierto es que la canción se presenta en las antípodas de la magna obra con un tono casi improvisatorio, y de hecho, al contrario que otras de las primeras canciones que publicaría, no fue revisada. Fue en diciembre de 1892 cuando fue impresa en la editorial finlandesa Otava, junto con otras musicalizaciones de Runeberg, bajo el número de opus 13, conociendo un gran éxito de inmediato. 


En los últimos días de 1913 nuestro compositor recordó de nuevo su composición, dotándola de acompañamiento orquestal, muy probablemente para la soprano Ida Ekman, que el marzo siguiente estrenaría dicha versión orquestal. Dicha redacción, con los timbres característicos de flautas y triángulo, ha contribuido a difundir aún más esta pequeña joya, aunque en realidad ni añade ni quita belleza a la obra en sí.

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El tema del epigrama del poeta finlandés es uno de sus tópicos preferidos, la desilusión juvenil / popular / amorosa frente las desgracias de la vida, en esta ocasión dramatizada como diálogo entre una muchacha y un joven. Mientras la muchacha contempla pesimista la fugacidad de la primavera (y con ella la misma existencia), el muchacho le ofrece el amor como medio para escapar de ese "tempus fugit".

Våren flyktar hastigt,
Hastigare sommarn,
Hösten dröjer länge,
Vintern ännu längre.
Snart I sköna kinder,
Skolen i förvissna
Och ej knoppas mera.
Gossen svarte åter:

Än i höstens dagar
Gläda vårens minnen,
Än i vinterns dagar
Räcka sommarns skördar.
Fritt må våren flykta,
Fritt må kinden vissna,
Låt oss nu blott äska,
Låt oss nu blott kyssas.

Dikter I (p. 1830): XLII. Idyll och epigram - nº12

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La primavera huye rápida,
más rápido el verano,
el otoño se prolonga mucho,
el invierno mucho más.
Pronto, hermosas mejillas, 
os marchitaréis
y no floreceréis más.
El muchacho respondió:

Incluso en los días de otoño
alegran los recuerdos de la primavera,
incluso en los días de invierno
la cosecha del verano nos alimenta.
Dejemos que la primavera huya
y las mejillas se marchiten,
por ahora sólo amémonos,
por ahora sólo besémonos. 
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Como ya hemos dicho la pieza posee una gran sencillez, en gran parte porque traslada al ámbito de su arquitectura musical la disposición poética de Runeberg, de tono popular. Transforma sus dos estrofas, divididas a su vez en dos partes de cuatro versos, con sus evidentes paralelos, en una idéntica forma musical. El resultado deja una forma estrófica, y como ha de esperarse en Sibelius, una forma estrófica modificada, explorando el progreso dramático de las dos partes del diálogo entre la chica y su pretendiente.

La partitura lleva la indicación inicial de "Vivace" (aunque en muchas de las interpretaciones no se respeta, sin duda porque el resultado la convierte en una pieza muy breve), compás ternario y tonalidad de Mib Mayor, aunque gran parte de sus pentagramas están en el homónimo menor. Más propiamente hablando, la música que acompaña a las palabras de la muchacha está en el modo menor, que pasa a mayor para las del joven, una evidente oposición entre la negatividad de una y el optimismo del otro.


Esta dualidad forma parte de la quinta esencia de la música sibeliana, donde es habitual la alternancia mayor / menor, pero es indudable (y más aún si recordamos la composición vienesa de la partitura) la influencia schubertiana, más que palpable en estas primeras canciones y buena parte de la música de cámara de la época.
 
Sibelius pinta todo el curso musical / poético con brevísimos motivos, entrecortados por figuras pianísticas que dibujan de manera sutil el contenido del texto. Se hace evidente que es el texto el que manda: el respeto a las palabras de Runeberg y a su intención se mantiene al máximo.

Tras un breve preludio en modo menor, surge el primer motivo musical que captura la esencia del pensamiento pesimista de la joven, con una quinta descendente final tan característica de Sibelius. Como decíamos cada verso es entrecortado por dibujos pianísticos, en este caso un breve jirón que parece querer simbolizar a esa primavera que huye fugazmente.

La segunda frase supone cierto cambio en el discurso musical, y es también muy característica del autor, con una nota larga mantenida, seguida por un breve diseño circular. El acompañamiento y el forte ayudan a convertir esta frase en toda una proclamación de la futilidad y decadencia de la belleza:


La frase es más continua y libre, rapsódica incluso, como reflejando el dolor ante tal pensamiento.

Se produce entonces una pequeña transición al pasar al verso protagonizado por la narración, acompañado por una fórmula musical casi operística, y ya en el modo mayor. La segunda parte, como hemos reflejado ya corresponde al muchacho, y reproduce de manera análoga la música de la primera. Pero con ciertas diferencias: un alegre Mib Mayor, y una serie de figuras que entrecortan a la voz de manera más irregular e improvisatoria, plasmando una vitalidad y un sentimiento mucho mayor.

Los dos versos finales, declaración amorosa más que explicita, sirven de resumen de toda la música, uniendo el dibujo ascendente del primer motivo musical con la larga nota del segundo. Los compases finales son dejados al piano, que resume su frase inicial, cerrando de esta manera el círculo.
 

Discografía

Versión original con acompañamiento de piano


Karita Mattila, soprano
Ilmo Ranta, piano
ONDINE (1995) 

Excelente versión, con un canto afectado pero nunca teatral por parte de Mattila y un acompañamiento con la presencia justa y la musicalidad necesaria. La entonación de la soprano se carga de pequeños matices que contribuyen a dar relieve al texto, todo bajo un tono melancólico en la primera estrofa y jocoso en la segunda. Estilísticamente muy fiel, y una buena interpretación en cualquier caso. Primera recomendación.

Interpretación: 8,5  Estilo: 9  Sonido:7,5

Anne Sofie von Otter, mezzo-soprano
Bengt Forsberg, piano
BIS (1994/95) - Sibelius Edition VII

La versión de Otter es delicada y seductora, con un tono evidentemente romántico, que se vuelca con mayor profundidad en la tristeza de la muchacha. El piano siempre muy bien compensado. La belleza de la voz de la mezzo hace mucho a esta pequeña joya, y en esta pequeña discografía sería la primera recomendación de la versión con piano si no fuera por Mattila.
Interpretación: 8  Estilo: 8,5  Sonido: 8

Jorma Hynninen, barítono
Ralf Gothóni, piano
FINLANDIA (1981) 

El barítono opta por una versión sentimental e íntima, con tono de confesión, lírica y delicada, sencilla pero alejada de lo intrascendente. Una buena interpretación.

Interpretación: 7  Estilo: 9  Sonido:6,5

 
Birgit Nilsson, soprano
Geoffrey Parsons, piano
BLUEBELL (1974) - directo (Estocolmo)


La inmensa Nilsson se acerca a esta canción con porte aristocrático y dramático, pero sin perder de vista el género. El piano de Parsons es variado y acentúa adecuadamente el dramatismo. Una rareza pero merece la pena intentar hacerse con ella.

Interpretación: 7  Estilo: 6  Sonido: 6,5
 
Kim Borg, bajo
Erk Werba, piano
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1957)
 
La presente grabación llama la atención en varios sentidos. Por una parte encontramos la voz del finlandés Kim Borg, un destacado operista de mediados de siglos (con muy recordados "Don Carlo" y "Boris Godunov") quien curiosamente pertenecía a la familia de la madre de Sibelius; aunque no mantuvo una relación directa con el compositor. Aunque no se acaba allí su unión con nuestro genio, ya que en 1957, meses antes de la desaparición del músico, le encargó dos arreglos de concierto en lo que sería el último trabajo musical de nuestro autor. En torno a esas fechas grabó un "LP" con canciones de Sibelius que ayudó mucho a difundir las piezas de este género en un momento no precisamente oportuno para esta música.
La interpretación es una de las más lentas de la discografía, con un porte parsimonioso y tranquilo, cuidando la mucho que el texto de Runeberg se entienda y transmitir una musicalidad más contenida que emocional. El piano se muestra irregular e animado, quizá por tradición del género en aquellas fechas. En fin, una versión más que curiosa, aunque no sea la más destacada musicalmente. 

Interpretación: 6,5  Estilo: 6,5  Sonido:6
 
Tom Krause, barítono
Irwin Cage, piano
DECCA (1984) 

Una visión melancólica y relajada de la partitura, con un tono más bien narrativo y hasta distante, afrontado no obstante con gran dulzura por parte de Krause. El acompañamiento de Cage permanece muy discreto toda la canción.

Interpretación: 6,5  Estilo: 6,5  Sonido: 7



Siv Wennberg
Geoffrey Parsons, piano
EMI (1973)

Interpretación lenta y algo pálida y plana por parte de la cantante, dejando gran parte del peso a un excelente acompañamiento pianístico, que anima ostensiblemente el cuadro. Poco más a destacar.


Interpretación: 5,5  Estilo: 5  Sonido:6,5

Versión con acompañamiento orquestal 


Soile Isokoski, soprano
Orquesta Filarmónica de Helsinki
Leif Segerstam
ONDINE (2006) 

La gran soprano finlandesa acomete a la perfección la pieza, con dulzura a la vez que pasión, emoción pura respetando la modestia de su concepto. La dirección de Segerstam se amolda perfectamente a la voz de Isokoski, haciendo brillar sus breves compases. Interpretación de referencia, sin duda, la mejor hasta ahora de la discografía en cualquiera de sus versiones.

Interpretación: 9  Estilo: 8,5  Sonido:9

Jorma Hynninen, barítono
Orquesta Filarmónica de Tampere
Leif Segerstam
ONDINE (2007)  

Excelente versión con un canto apasionado por parte del barítono finlandés, empeñado en captar todas las sutilezas del poema en su canto, haciendo especialmente una segunda estrofa sobresaliente. También la dirección ayuda mucho a esta versión, aunque más lirismo en general le hubiera dado más puntos. Muy recomendable en cualquier caso.

Interpretación: 8,5  Estilo: 8  Sonido:8



Birgit Nilsson, soprano
Orquesta de la Ópera de Viena
Bertil Bokstedt
DECCA (1965)


Como en la grabación con piano anteriormente señalada, la Nilsson aborda con gran nobleza y depurada técnica esta canción, dándole una dimensión grande, pero evitando la teatralidad en todo momento. El acompañamiento orquestal sí es quizá algo más operístico, pero sin desentonar del todo. Un buen testimonio de los muchos operistas nórdicos que incluyeron canciones de Sibelius en su repertorio, con bellos resultados como es el caso.

Interpretación: 7  Estilo: 5,5  Sonido: 6,5
Karita Mattila, soprano
Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham
Sakari Oramo
WARNER CLASSICS (2004)


La soprano finlandesa opta por dar un toque inocente y nada dramático a la obra, refrescante casi, mientras que el acompañamiento de Oramo es discreto, y se centra en prestar colorido a la expresión vocal. Una versión sin nada grande que destacar, aunque de ningún modo modesta. 

Interpretación: 6,5  Estilo: 7  Sonido:7,5

 
Kirsten Flagstad, soprano
Orquesta Sinfónica de Londres
Øivin Fjeldstad
DECCA (1958)


Flagstad realiza aquí una interpretación más bien operística, matizando con variedad de expresiones cada verso, y gran dramatismo. Una visión por lo tanto demasiado amplia, ya por la cantante como por la orquesta de esta partitura, bastante alejada de los dramas wagnerianos. Tampoco la interpretación en sí es muy destacable a pesar de la grandeza de la firma.


Interpretación: 6  Estilo: 5,5  Sonido:6



MariAnne Häggander, soprano
Orquesta Sinfónica de Gotemburgo
Jorma Panula
BIS (1984) - Sibelius Edition III


La soprano no es lo suficientemente clara y comunicativa, ni posee una voz muy bella, abordando la canción con tono operístico, lo que no beneficia demasiado a la expresión. El acompañamiento del maestro Panula cumple su función simplemente. Una versión nada brillante, que incomprensiblemente se rescató para formar parte de la Sibelius Edition de BIS en lugar de una nueva grabación que hubiera redondeado el estuche. Demasiado modesta para ser recomendada.

Interpretación: 5  Estilo: 7  Sonido: 6
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Para ilustrar esta presentación de la pieza podemos ofrecer un video que contiene una de las grabaciones anteriormente mencionadas, la de la soprano sueca Birgit Nilsson acompañada por Orquesta de la Ópera de Viena bajo la batuta de Bertil Bokstedt:



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