martes, 20 de septiembre de 2016

"Sydämeni laulu" ("Canción del corazón"), coro masculino opus 18 nº6 (1898) sobre versos de A. Kivi

Para conmemorar el aniversario del fallecimiento de Jean Sibelius, tal día como hoy hace 59 años, traemos al blog una de las obras más evocadoras en torno al mismo hecho de la muerte compuesta por él. La obra en cuestión es un coro a capella, con un texto extraído de la novela más reconocida y popular del escritor Aleksis Kivi, "Siete hermanos", y una de las piezas que se interpretaría ante su propia tumba, en la hermosa soledad de Ainola.

Lo cierto es que el propio compositor (y su esposa) sentiría una conexión distinta de la partitura con una muerte ajena y muy dolorosa: la pequeña Kirsti Sibelius, la segunda hija de Jean y Aino, que dejó este mundo con apenas quince meses de vida, y cuya muerte supuso un verdadero mazazo para la familia. Fue la propia esposa quien asoció el coro con la muerte de Kirsti, pues el músico escribió la composición mientras Aino estaba embarazada de la niña, y el tema de los versos, una nana fúnebre, le pareció entonces un tanto siniestro en esas condiciones... Cuando una epidemia de tifus se llevó a la pequeña, ese presentimiento de muerte se convertiría en fatal profecía... Apenas unos pocos años antes, "Sydämeni laulu" se convertiría en el equivalente sibeliano a los "Kindertotenlieder" de Mahler.


Comienzo de la partitura autógrafa de la obra de Sibelius, correspondiente al arreglo para coro mixto.

Con el significado que tiene dentro de la obra de Sibelius este poema, puede llamar mucho la atención el contraste con la fuente literaria de la que surge: la novela "Seitsemän veljestä", un libro que mezcla el realismo de la vida campesina con un gran sentido del humor y la ironía finlandesa, los sueños y temores de los jóvenes, fábulas morales y toques de fantasía - casi a la manera del "realismo mágico -, la narración con el diálogo casi teatral (o cinematográfico, diríamos a pesar del anacronismo), cuentos ancestrales con toques modernistas, la prosa rápida y directa con versos de canciones de tono folclórico, como es el caso de los versos escogidos por Sibelius. Las generaciones posteriores han visto en esta novela dialogada mucho del alma finlandesa, en su estado más puro.

Aleksis Kivi (en origen Stenvall, apellido que cambió a una versión finesa), nació en el año de 1834 en Nurmijärvi, en el sur del país. De extracción humilde, llegó a estudiar en la Universidad de Helsinki, aunque no llegó a licenciarse en nada (a pesar de sus múltiples talentos, entre ellos hablar varios idiomas). Contó con el apoyo de Johan Vilhelm Snellman, estadista y primer gran baluarte del movimiento fennoman, que reivindicaba el uso del finés como primera lengua del país, por entonces parte del Imperio Ruso. Y en efecto, Kivi escribió obras teatrales y versos en la lengua mayoritaria del pueblo, incluyendo un primerizo trabajo dramático sobre Kullervo. Pero, fuera de las polémicas que suscitó y del naciente círculo fennoman, su obra, consistente entonces en una decena de trabajos para la escena y una colección de poemas, apenas tuvo repercusión, y Kivi fue cayendo en desgracia, ahogado por la enfermedad (esquizofrenia) y el alcoholismo, hasta hundirse la pobreza, que le obligaría a volver al campo. "Los siete hermanos" fue escrita en esa última época, en un total de diez años, y publicada en 1870. Apenas dos años después, Kivi moriría en Tuusula, no muy lejos del hogar durante medio siglo del propio Sibelius, en una situación deplorable.
Monumento a Aleksis Kivi en Helsinki, frente al Teatro Nacional. 
Foto del autor del blog (septiembre de 2007)

La primera edición de su única novela no fue nada bien recibida (apenas se imprimieron unas decenas de copias), pues no sólo no se entendía su estilo, sino que además sería muy contestada por los círculos literarios, pues su realismo y estilo directo y desenfadado chocó con el romanticismo reinante, mientras que sus retratos campesinos se vieron como caricaturas y burlas al héroe popular que quería representar el nacionalismo svecoman (defensor de la primacía del sueco y de una figura más "noble" del pueblo finlandés). 

Esta percepción fue cambiando a medida que las posiciones fennoman fueron ganando, y a medida que serían apreciadas su modernidad y fidelidad a las verdaderas esencias del pueblo finlandés. Ya al principio del siglo XX fue considerada la novela pionera de la literatura finesa... Hoy en día "Siete hermanos" es la novela más leída en la propia Finlandia (el segundo libro en finés más vendido después de la Biblia, aun por delante del "Kalevala"), y en general ha sido considerado como la novela clásica en este idioma. Muchas de sus frases y expresiones forman parte del lenguaje cotidiano de los finlandeses, de manera muy análoga a las frases y expresiones del Quijote sobre el día a día del español (como curiosidad, constatemos el hecho de que Kivi había leído a Cervantes).


Portada de la última edición de la novela, 
traducción de Ursula Ojanen y Joaquín Fernández (orig. 1988), editada por Nordica Libros (2014).

Sibelius puso música a la composición en un tiempo en el que la obra de Kivi no había alcanzado la dosis de popularidad que alcanzaría un par de décadas después. Esto viene a demostrar su compromiso y su interés por el idioma finés, además de la sincera equidistancia entre los movimientos fennoman y los svecoman, aunque él en teoría tendría que estar situado entre estos últimos al tener el sueco como lengua materna. A lo largo de su trayectoria compositiva demostró lo poco adecuado del conflicto para su arte.

Además de Sibelius, otros destacados compositores finlandeses pondrán música también a estos mismos versos, como Aarre Merikanto y Einojuhani Rautavaara.

En el melancólico capítulo final del libro encontramos el destino de los protagonistas. Eero - el más joven y sagaz de los siete - sale a pasear una tarde de verano, mientras su mujer, Anna conversa una mujer con su hijo. La madre, que había tenido visiones proféticas, le promete que estará  siempre junto a él, y que más allá de la tristeza y los dolores del mundo encontrará reposo (idea, la de este "valle de lágrimas" repetida como leitmotiv a lo largo de la novela). Entonces le canta una canción, acompañada por el kántele

"Escucha mi canción, que te acompañará al país del príncipe de Tuonela, el reino de los difuntos. ¡Oh, escucha la canción de mi alma!".

     Sydämeni laulu

     Tuonen lehto, öinen lehto!
     Siell’ on hieno hietakehto,
     sinnepä lapseni saatan.

     Siell’ on lapsen lysti olla,
     Tuonen herran vainiolla,
     kaitsea Tuonelan karjaa.

     Siell’ on lapsen lysti olla,
     illan tullen tuuditella
     helmassa Tuonelan immen.

     Onpa kullan lysti olla,
     kultakehdoss’ kellahdella,
     kuullella kehrääjälintuu.

     Tuonen viita, rauhan viita!
     Kaukana on vaino, riita,
     kaukana kavala maailma.
_____

     Canción del corazón

     ¡Arboleda de Tuoni [de la Muerte], arboleda de la noche!
     Allí está la delicada cuna de arena,
     allá a mi niño acompañaré.

     Allí mi niño se divertirá,
     en los campos del amo Tuoni,
     pastoreará el ganado de Tuonela [los dominios de la Muerte].

     Allí mi niño se divertirá,
     cuando la tarde venga le mecerá
     recogido por la doncella de Tuonela.

     En el cesto dorado se divertirá,
     en la cuna de oro tumbado, 
     escuchando al chotacabras.

     ¡Lugares de Tuoni, lugares de paz!
     Lejos de la persecución y la pelea,
     lejos de la falsedad del mundo.

[La cita que precede inmediatamente a los versos está tomada de la traducción de Ojanen y Fernández, mientras que la traducción de la canción es propia, intentándonos ajustar más a las palabras originales y el orden de las palabras finesas para así seguir mejor la música.]

Los versos tienen un claro ascendente popular, por una parte por la claridad y el sencillez del lenguaje, por las tradicionales aliteraciones y paralelos de palabras emparentadas. Pero, por otra parte, debido al evidente trasfondo mitológico, con el que Kivi hace presente cómo en pleno siglo XIX aún se seguían sintiendo algunas creencias del pasado pagano de Finlandia de manera muy vívida (hecho bien constatado en toda la novela). El mito de Tuoni, del reino de los muertos, del río que lo separa de nosotros, de la hija de Tuoni (llamada Loviatar), sus hechizos lanzadores de enfermedades, etc. fue uno de los aspectos del legendarium finlandés que más vivos continuaron en el folclore y las creencias del campesinado. Al tiempo, también sedujo especialmente a los artistas que, tras la publicación del "Kalevala", se inspiraron en los mitos más ancestrales. El gélido descanso de los muertos de Tuonela aparece directamente en dos de los más magistrales poemas sinfónicos de Sibelius, El cisne de Tuonela y Lemminkäinen en Tuonela, ambos del opus 22.


"Viaje a Tuonela" (Copyright 2011-2014), obra del artista Tuomas Koivurinne

Pero aquí no hay espacio para una descripción fantástica efectuada con todos los recursos de la orquesta: el músico sólo quiere reproducir la sonoridad de un canto popular acompañado por el kántele, una auténtica canción de cuna, callada y triste. Es por ello por lo que, a pesar de contar con un coro a cuatro voces, la textura es prácticamente monofónica todo el tiempo, nota contra nota siempre, dejando incluso algunos compases al unísono, como si los dedos de la madre abandonaran momentáneamente el instrumento de cuerda y la voz prosiguiese sola. 

La música reproduce también cierto tono popular, como sucede prácticamente en todos los coros en finés del autor, pero al contrario que en obras del periodo "kalevaliano" esa evocación es más abstracta y estilizada, más centrada en elementos puramente musicales, correspondiendo así a partituras similares del periodo "romántico" en el que está escrito este coro.

Lo folclórico lo podemos sentir en el fraseo y el ritmo del canto desde la primera estrofa:


(cliquea sobre la imagen para agrandarla)

La estructura es regular, casi recitada, con compás por cada hemistiquio de verso. Al final de la estrofa se produce un pequeño cambio con el tresillo y la cadencia es sostenida por una misma nota, la primera sobre la parte fuerte del compás y más larga, rítmica toda ella extraída de la canción popular (en especial de la canción kalevaliana), pero que Sibelius ha incorporado ya desde sus primeras obras de madurez a la quintaesencia de su propio estilo.

La armonía es sin duda lo más interesante: todo el pasaje contiene las pedales repetidas en voces intermedias (un habitual sibeliano, sobre todo en obras de la década de 1890), mib y sol en todos los compases excepto el cuarto, y mib, lab y si becuadro en aquel. Eso produce sensación de estatismo y de superposición con otras armonías. 

La pieza comienza en tono de Mi bemol Mayor, pero ya a través de la sensible pasa en el segundo compás a do menor. Esa ambivalencia entre mayor y menor domina todo el coro. Destaca con fuerza la armonía del cuarto compás, en el que podíamos ver una simple apoyatura armónica, pero que, con otros paralelos en el catálogo del autor podremos sentir la fuerza de una subdominante con sexta añadida, sólo que en esta ocasión está minorizada (e invertida): lab-dob-mib-fa. El do bemol está escrito como si becuadro porque va a servir de sensible hacia el do natural siguiente, para pasar al acorde de dominante sobre la sensible antes del acorde final. Toda esta maravillosa secuencia marca el toque de tristeza profunda de la pieza.

Tras esa primera estrofa, la segunda comienza nítidamente con un "solo" (realmente tenores al unísono):



Contestado por los bajos después de la misma forma, marca cierta inflexión dórica a la melodía, aunque pronto se vuelve al modo mayor para acabar la segunda estrofa en Mi bemol Mayor, con una cadencia paralela a la anterior. 

El esquema se repetirá casi igual con las dos siguientes estrofas, hasta que la quinta vuelve a las armonías de la primera, terminando la composición en do menor y triple piano, con gesto de desconsuelo como última emoción.

El coro fue estrenado al poco de su composición, el 1 de diciembre de 1898, por el coro habitual de Jean Sibelius, en especial en esa época: el YL, dirigido por Heikki Klemetti. Desde entonces la pieza ha gozado de un enorme éxito en Finlandia, siendo una de las piezas fijas del repertorio, ya sea en su forma original o en el arreglo de la obra para coro mixto que el propio compositor realizó en 1904.

Discografía

La discografía de esta obra está circunscrita por el idioma, como es natural, a los coros locales (aunque como excepción encontraremos también un coro estonio, aunque al fin y al cabo el estonio es un idioma muy cercano al finés), y aparte de algún rarísimo disco del país de origen y una versión de coro Accentus dirigido por Eric Ericson para el sello Naïve que aún no hemos podido escuchar, estas son todas las grabaciones disponibles.


El Coro YL (Ylioppilaskunnan Laulajat o Coro de la Universidad [de Helsinki]), el mismo conjunto que estrenó la obra hace más de un siglo, dirigido su director durante décadas, Matti Hyökki, es protagonista de las tres grabaciones para coro masculino, aunque pertenecientes a diferentes fechas. La grabación de Finlandia Records/Fazer Music (actualmente dentro del grupo Warner) de los años 80 dibuja una expresividad grave, lenta y muy solemne, ciertamente más fúnebre que popular, y llena de expresión pesimista en cualquier caso. El segundo registro para Finlandia Records también, pero de casi dos décadas después con una técnica fonográfica mucho mejor, es más próxima a la palabra, más refinada y con un tono más íntimo y directo, algo más animada y con un fabuloso manejo del tenuto y la tensión dinámica. Sin duda la mejor de las tres aquí presentadas. La última grabación (por el momento) fue efectuada para la Sibelius Edition, y está publicada tanto en un disco íntegramente firmado por el YL como en el volumen XI de la citada integral, y apuesta de nuevo por la solemnidad y el tono más triste, aunque mucho mejor reflejado que en la versión de los 80, límpido y claro, en el que destaca cierto tono más recitado y poético. 
YL 
Matti Hyökki

- FINLANDIA RECORDS (1984/1986)
Interpretación: 7 • Estilo: 7,5 • Sonido: 6,5


- FINLANDIA RECORDS (2003)
Interpretación: 8,5 • Estilo: 8,5 • Sonido: 8


- BIS (2006)
Interpretación: 8 • Estilo: 8 • Sonido: 8,5


Para la versión de 1904 para coro mixto tenemos una variedad mayor que en el caso anterior, aunque de nuevo nos remitiremos a los discos habitualmente comentados en las discografías de las partituras corales.



Los discos de Riska en BIS dieron a conocer muchas partituras y versiones por primera vez, mostrando además todo el potencial de la música coral de Sibelius con unas interpretaciones muy bellas, aunque en ocasiones un tanto preciosistas. Aquí se propone una lectura muy emocionada, con un tono de confesión y hasta cierta mística, en verdad hermoso, en la que destacan las cadenciosas frases en unísono y el uso exquisito de las dinámicas. 


Coro Jubilate
Astrid Riska
- BIS (1996)
Interpretación: 8,5 • Estilo: 7 • Sonido: 7,5

Años después, Finlandia Records lanzaba su propia integral de este mismo repertorio (añadiendo varias rarezas además), en una versión más fiel a los originales pero al tiempo de musicalidad no tan lograda. Para este coro nos proponen una lectura muy idiomática, aunque algo más fría y abstracta. 


Coro de Cámara Tapiola & Amigos de Sibelius
Hannu Norjanen
- FINLANDIA RECORDS (1996/1997)

Interpretación: 7 • Estilo: 8,5 • Sonido: 7

La tercera grabación aquí valorada es la de más reciente aparición, y la apuesta de Ondine por el coro de la Filarmónica de Estonia, dirigida por Heikki Seppänen (dicho sea de paso, aparte del coro director, sello y grabación son finlandeses, no de la república báltica). El registro opta por un contraste entre las frases, incluso acelerando el tempo en las frases al unísono, además de hacerlo también entre estrofas, ralentizando al máximo la final. La interpretación es correcta, aunque las decisiones del director lastran el resultado como algo confuso.


Coro de Cámara de la Filarmónica Estonia
Heikki Seppänen
- ONDINE (2014)
Interpretación: 6,5 • Estilo: 6,5 • Sonido: 7



La grabación del Coro Dominante se efectuó para completar los huecos que quedaban entre los coros a voces mixtas de la Sibelius Edition, aunque en muchas pistas se sustituyeron las grabaciones del Coro Jubilate, que en principio iba a protagonizar todas las obras para la formación, en parte para lograr lecturas más sibelianas (aunque también para dar mayor presencia a este coro, en pleno auge). Además de en el citado volumen de la Sibelius Edition, todas estas grabaciones se recogieron en un disco propio. La interpretación es muy expresiva y amplia, muy sensible y refinada, quizá algo lenta, pero muy equilibrada y sobre todo de gran profundidad. Digna rival de la versión del Jubilate, aunque ésta es desde luego mucho más ajustada a la partitura.


Coro Dominante
Seppo Murto
- BIS (2009/2010)
Interpretación: 8,5 • Estilo: 9 • Sonido: 8,5

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Podremos ilustrar la partitura con una interpretación de la institución que lo estrenó, el coro universitario YL, dirigida por Matti Hyökki, en un concierto en directo en Japón de 2007:





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