jueves, 18 de abril de 2013

In memoriam Colin Davis

El pasado lunes conocíamos la triste noticia del fallecimiento de sir Colin Davis (1927-2013), el prestigioso director británico, unido a grandes orquestas del planeta, en especial en los últimos años a la Sinfónica de Londres, que fue la encargada de comunicar la muerte del gran músico.

Davis, siguiendo la estela de la tradición británica, ha sido un director de muchos grandes compositores; la crítica ha destacado mucho en los últimos días sus grabaciones, algunas de ellas ciertamente antológicas, de Mozart o de Berlioz

Pero si traemos al Davis a este rincón sibeliano es sin duda por haberse convertido en un excelente director de la música del genio finlandés. Su dedicación le llevó a grabar hasta en dos ocasiones el ciclo sinfónico completo, una primera vez con la Orquesta Sinfónica de Boston en los años 70 para el sello Philips, un gran ciclo, sin duda; y una segunda vez con la Sinfónica de Londres en los años 90 para BMG / Rca Victor. Y en ambos casos se complementaban con otras obras sinfónicas, entre las que habría que destacar un melodioso Concierto para violín con Salvatore Accardo y una gran Hija de Pohjola opus 49 en Boston, y un atrevido "Kullervo" opus 7, junto a Lemminkäinen opus 22 al completo desde Londres.
 


Como sibeliano Davis ha cultivado la tradición británica en cuanto a la interpretación de su música, es decir, prescindiendo de su oscuridad y etnicidad ha elevado sus valores más abstractos y clásicos, con un toque siempre de refinamiento y colorido romántico, sin caer nunca en tremendismos. No se le puede situar como el mejor director británico de las obras maestras de nuestro autor, pero sin duda se merece un lugar en el podio de los músicos anglosajones que han rendido honores a Sibelius, lo que desde luego no es poco. 

 
De entre todas sus grabaciones recomendamos de nuevo ante todo las efectuados con la Orquesta Sinfónica de Boston, que ha conocido varias ediciones, alguna de ellas muy populares y estimadas entre los sibelianos, la última de las cuales es una integral (en Decca) que incluye todas los registros publicados, y a un precio muy razonable, lo que hace doblemente atractiva su adquisición.
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Por último, podemos ofrecerles una grabación con suficientemente calidad de una de sus últimas interpretaciones de Sibelius, en este caso con la Filarmónica de Nueva York en 2006, dirigiendo la Tercera Sinfonía, con un gran colorido clásico y a su vez una gran profundidad espiritual. Sin duda, el mejor homenaje que podemos rendir a sir Colin Davis.  

 

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